MÉDICOS SIN FRONTERAS: LOS VERDADEROS HÉROES DE NUESTRO TIEMPO

Hoy no os voy a hablar de ninguna novedad científica en el campo de la dermatología sino de algo mucho más importante: de cómo seres humanos ayudan a otros seres humanos. Lo que os voy a contar no os debe dejar indiferente. A mí me impresionó.

El pasado jueves un brillante y solidario empresario me invitó a una reunión a su casa para que conozcamos la labor de MÉDICOS SIN FRONTERAS (MSF). Me pareció fascinante.

Su presidente, José A. Bastos, médico de familia, nos habló de sus preocupaciones, pasiones, esfuerzos y desvelos. Nos contó relatos que muestran que no todo en España es corrupción y egoísmo. Narró cómo con la crisis personas que pagaban 30 euros al mes llamaban llorando a MSF para decir que bajaban su cuota a 10 euros al mes. O cómo un mendigo en la calle protestaba porque a él no le pedían que se hiciera socio, y finalmente se hizo. O como una señora estaba dispuesta a dar 3 euros al mes pero al llegar al banco y ver el saldo comprobó que solo tenía un euro y medio en la cuenta, pero dijo que no había problema, que sus vecinos la ayudarían.

Miembros de MSF nos contaron detalles de la ayuda humanitaria que realizan y han realizado en los últimos años. El anfitrión de la reunión, que ha viajado al “terreno” con ellos, nos confirmó el grado de austeridad enorme que existe en la organización en relación a hoteles o lujos innecesarios. Nos hablaron del alto nivel de organización que tiene en las misiones, de la innovación constante que desarrollan en su día a día, y cómo todo este despliegue SALVA VIDAS. Tienen un grado de profesionalidad impresionante. De hecho más del 95% de las solicitudes de médicos que quieren trabajar con ellos son rechazadas ya que solo reclutan profesionales con experiencia y formación excelente. Nos dieron detalles sorprendentes de cómo manejaban las epidemia de cólera, como desarrollaban las campañas de vacunación, cómo manejaban la retirada de cadáveres después de las catástrofes, etc. Realmente admirable.

Me pareció fascinante su grado de ilusión en su trabajo, su humildad, la generosidad de los colaboradores y sobre todo algo muy importante: la ausencia de querer ayudar para tener reconocimiento social, para salir en la foto (actitud muy extendida actualmente).

El presidente de MSF dijo una frase que me gustó mucho: no queremos ser los más grandes, queremos ser los mejores.

MSF, que fue premio Nobel de la Paz en 1999, es una organización creada en 1971. Actualmente el 90% de su financiación procede de fondos privados, no de instituciones ni gobiernos. Eso les da plena autonomía en todo sentido. El 85% de lo que se recauda llega a ayuda humanitaria. Sólo tiene un 15% de gasto de estructura. De cada 100 euros, llega 85 al “terreno”. Genial.

MSF trabaja en 67 países de los cinco continentes, donde lleva a cabo cerca de 400 proyectos de atención médica y humanitaria directa a víctimas de conflictos armados, catástrofes naturales, poblaciones afectadas por enfermedades endémicas y epidémicas, víctimas de violencia social y personas excluidas de la atención sanitaria.

Creo que uno de los males de nuestro tiempo es la INDIFERENCIA. Sin embargo no es necesario irse a Siria para luchar contra ella. El Dr. Bastos, presidente de MSF, comentaba que a veces los médicos le preguntan cómo pueden colaborar con la organización. Y él les dice: para vosotros los médicos es muy fácil, solo tenéis que tratar mejor a vuestros pacientes. No solo hay que ayudar al prójimo, sino también al próximo. Cada pequeño gesto cuenta.

Por último os facilito dos videos sobre la actividad de esta maravillosa organización:

- Vídeo de MEDITERRANEO:




- Vídeo Memoria:



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