Ácido tranexámico: una nueva molécula eficaz para tratar las manchas hormonales

 


El melasma es una enfermedad estética dermatológica que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres en edad fértil. Este trastorno de la pigmentación se caracteriza por manchas oscuras y simétricas en la piel del rostro, particularmente en las mejillas, el labio superior, la frente y la mandíbula. Aunque no representa un riesgo para la salud, su impacto estético puede ser significativo, generando efectos emocionales y psicológicos que afectan la calidad de vida de quienes lo padecen.

A lo largo de los años, se han desarrollado múltiples tratamientos para el melasma, desde cremas tópicas hasta procedimientos con láser. Entre estas opciones, el ácido tranexámico (ATX) ha surgido como un tratamiento innovador y prometedor, con resultados efectivos y bien tolerados en la mayoría de los casos, por lo que lo hemos incorporado a nuestros protocolos de dermatología estética de Clínica Dermatológica Internacional para mejorar los resultados de la técnica Clear Melasma.

Qué es el melasma y por qué ocurre

El melasma es una alteración compleja cuya causa exacta aún no está completamente clara. Sin embargo, se sabe que está influido por varios factores, incluyendo la exposición al sol, los cambios hormonales (como los relacionados con el embarazo o el uso de anticonceptivos), la predisposición genética y el daño por radiación ultravioleta.

El melasma se presenta principalmente en personas con tonos de piel medios a oscuros, particularmente en aquellas con fototipos III a V. Aunque puede afectar a hombres, es mucho más frecuente en mujeres. Las manchas que produce son de color marrón claro a oscuro, tienen bordes irregulares y suelen aparecer en patrones específicos, como el centrofacial (en la frente, mejillas, nariz y labio superior), malar (en las mejillas y nariz) y mandibular (en el tercio inferior del rostro).

Esta hiperpigmentación ocurre debido a una sobreproducción de melanina, el pigmento responsable del color de nuestra piel, en respuesta a estímulos hormonales y ambientales. Además, el melasma es un trastorno recurrente, lo que significa que puede mejorar con tratamiento, pero tiende a reaparecer si no se mantienen las medidas de prevención adecuadas, como el uso constante de protector solar.

El ácido tranexámico como tratamiento del melasma

El ácido tranexámico (ATX) es un compuesto sintético derivado de la lisina, un aminoácido esencial. Originalmente desarrollado como un medicamento antifibrinolítico para prevenir el sangrado excesivo durante cirugías o traumatismos, el ATX ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de trastornos de la pigmentación como el melasma.

Su uso en dermatología se basa en su capacidad para regular la inflamación y bloquear los procesos biológicos que conducen al oscurecimiento de la piel. En términos sencillos, el ATX actúa interfiriendo en las señales químicas que estimulan la producción de melanina, lo que ayuda a reducir la intensidad de las manchas oscuras en la piel.

Cómo actúa el ácido tranexámico

En primer lugar, inhibe la activación del plasminógeno, una proteína que, cuando se convierte en plasmina, desencadena una serie de procesos inflamatorios en la piel. Al bloquear esta conversión, el ATX reduce la liberación de mediadores inflamatorios como las prostaglandinas y la hormona estimulante de los melanocitos (MSH), responsables de la hiperpigmentación.

Además, el ATX también actúa sobre los mastocitos, unas células inmunitarias que participan en las respuestas alérgicas e inflamatorias. En el melasma, estas células juegan un papel importante al liberar compuestos que promueven la transferencia de melanina a los queratinocitos, las células de la capa externa de la piel. Al reducir esta transferencia, el ATX limita la acumulación de pigmento en las áreas afectadas.

Por último, el ATX tiene un efecto antiangiogénico, es decir, inhibe la formación de nuevos vasos sanguíneos en la piel. Esto es relevante porque el melasma suele estar asociado con un aumento de la vascularización, lo que contribuye a la inflamación crónica y la exacerbación de las manchas.

Formas de administración del ácido tranexámico

El ATX puede administrarse de varias maneras, dependiendo de las necesidades del paciente y la gravedad del melasma. Estas son las principales vías de administración:

  1. Vía oral: El ATX oral se prescribe comúnmente en dosis de 250 mg dos veces al día. Esta forma de administración ha demostrado ser efectiva para reducir la pigmentación y mejorar la textura de la piel en casos moderados a severos de melasma. Sin embargo, debe utilizarse con precaución, ya que puede asociarse con efectos secundarios como molestias gastrointestinales (náuseas, dolor abdominal) y un riesgo potencial de trombosis en personas predispuestas.
  2. Vía tópica: Las formulaciones tópicas de ATX, generalmente en concentraciones del 2 al 5%, son una opción segura y bien tolerada. Estas cremas o geles se aplican directamente sobre las áreas afectadas y son especialmente útiles para pacientes que no pueden o no desean tomar el medicamento por vía oral. Los resultados suelen ser visibles después de varias semanas de uso constante.
  3. Microneedling y láser: El ATX puede combinarse con técnicas como el microneedling o el uso de láser fraccional superficial para potenciar su eficacia. Estas herramientas crean microcanales en la piel que facilitan la penetración del ATX y mejoran su acción en las capas más profundas. Esta combinación es especialmente útil en casos de melasma resistente.

Beneficios del ácido tranexámico en comparación con otros tratamientos

El tratamiento del melasma puede incluir una amplia gama de opciones, como cremas despigmentantes, peelings químicos, láseres y fotoprotección. En este contexto, el ATX se destaca por varios motivos:

  • Eficiencia comprobada: Estudios clínicos han demostrado que el ATX es eficaz para reducir la intensidad de las manchas en la piel, tanto en monoterapia como en combinación con otros tratamientos.

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