REFLEXIONES DE UN DERMATÓLOGO ESTÉTICO: MANIFIESTO POR LA BELLEZA NATURAL

 


Recuerdo una paciente que me comentaba: “Doctor, hay dos tipos de mujeres: las guapas y las pobres.” Es evidente que esta paciente era una clara defensora de la medicina/dermatología estética y confiaba en sus poderes.

La medicina/dermatología estética ha evolucionado enormemente en los últimos años. En primer lugar, se ha democratizado. Hace unos años el mundo de la estética estaba reservado para la élite de la sociedad. Hoy muchas personas pueden acceder a infiltraciones o tratamientos con láseres sin tener un gran presupuesto.


Por otro lado. realizarse tratamientos estéticos se ha convertido en algo socialmente aceptado. Ahora no es infrecuente ver a un varón en un restaurante con el cuero cabelludo rasurado después de un injerto capilar. Y las mujeres comentan sin ningún rubor con quien se pinchan. También contemplamos esta aceptación en las nuevas generaciones: la duda que tienen los jóvenes no es si tratarse o no sino cuando deben empezar a tratarse. Y muchas veces hay que pararlos…

 

La medicina/dermatología estética también es muy útil a partir de los 60 años. Cada vez vivimos más, y no es raro encontrar personas que se reinventan laboralmente a partir de la jubilación. Para seguir en el mercado laboral es interesante tener un buen aspecto, por lo que la medicina estética puede ayudar mucho a este sector creciente de la sociedad.

 

El problema que supone este enorme crecimiento de la medicina/dermatología estética es que cada vez con mayor frecuencia nos encontramos con caras excesivamente tratadas, pómulos infinitos y labios grotescos. Además, las personas muy tratadas empiezan a parecerse entre sí de forma misteriosa, como si fueran familiares. Y muchas de estas alteraciones físicas son, desgraciadamente, irreversibles.

 

Sin embargo, el uso riguroso y prudente de esta especialidad puede ayudar mucho a mejorar la autoestima de las personas, así como a envejecer con elegancia y discreción. Por ello quería hacer un MANIFIESTO POR UNA BELLEZA NATURAL basado en 10 puntos. Aquí va nuestro DECALOGO:

 

1. Es difícil que un tratamiento estético vaya a devolver es aspecto que tenía tu piel, tu boca o tu mirada de hace unos años.

Cada vez se conoce más los mecanismos por los que envejecemos. A pesar de ello, ningún tratamiento estético logra dejarte igual que años atrás. Por esta razón hay que ser consciente de este hecho y actuar de forma prudente con lo que uno se inyecta o se trata.

 

2. En estética hay que leer lo último y usar lo penúltimo

Periódicamente salen al mercado nuevas técnicas revolucionarias que prometen resultados naturales y eficaces. Sin embargo, hasta que una técnica o fármaco no está en el mercado un tiempo no conocemos realmente sus efectos secundarios a medio y largo plazo. Por ello no hay que tener prisa en usar los últimos tratamientos estéticos. Hoy hay muchos tratamientos eficaces y seguros que pueden mejorar tu aspecto.

 

3. Ante la duda, “menos es más”. Los resultados discretos son los más elegantes

La medicina/dermatología estética no debe intentar borrar a toda costa los signos de la edad. Hay determinadas arrugas que son estéticamente agradables. Hay que descubrir en cada paciente lo que decía Picasso: “la belleza de lo imperfecto”.

 

4. No trates sólo la cara

Es conveniente educar a la gente en mantener un equilibrio entre la cara y otras partes del cuero como el cuello, el escote y las manos. La clave es combinar tratamientos de forma prudente.

 

5. Cuidado con los rellenos. Revitaliza tu piel

Todo relleno que te infiltres deja una “huella estética”. Coco Chanel decía que la cara que tienes a los 20 años te la da la naturaleza, pero la que tienes a los 50 años depende de ti. Sé prudente con la cantidad de rellenos que te infiltras. Además, es importante revitalizar la piel, inducir la producción de colágeno de forma natural a través de cremas, láseres, radiofrecuencias, ultrasonidos, etc.

 

6. Si te preguntan qué te has hecho, mala señal

Todo el mundo promete resultados naturales. Pero el concepto de “naturalidad” es subjetivo y está muy mal definido. La clave de un buen resultado estético es que te digan “qué buena cara tienes”. Si te preguntan “qué te has hecho” es que el resultado no es natural. La “indetectabilidad” de los tratamientos estéticos es un signo de excelencia.

 

7. No añadas demasiadas cosas a tu cuerpo: elimina

La tendencia actual en medicina/dermatología estética es eliminar imperfecciones como manchas, cicatrices, venitas, arrugas superficiales, así como peso y estrés.

 

8. No tengas expectativas altas

Hay una ecuación en estética que se basa en que un paciente satisfecho es la suma de un buen resultado y la resta de sus expectativas. Si el paciente tiene unas expectativas altas jamás va a estar satisfecho. Todas las técnicas de rejuvenecimiento producen resultados no espectaculares y por ello es conveniente tener las expectativas realistas.

 

9. Sonríe más

Varios estudios han demostrado que una sonrisa produce mejor impresión que la ropa que llevas o cualquier técnica estética que te hayas realizado. Por ello debes sonreír más. Si sonreímos haremos sentir mejor a los demás y sin duda nos sentiremos mejor nosotros mismos.

 

10. Las peores arrugas son las del alma.

No tengas miedo a envejecer. Es una batalla perdida. Disfruta del camino. Y se consciente que llega un momento en la vida en el que ya no se deben cumplir años, sino sueños.

 

En resumen, la medicina/dermatología estética es una especialidad en auge, accesible y socialmente aceptada. Si se utilizada de forma científica y rigurosa esta disciplina puede aumentar la autoestima de las personas y prevenir su envejecimiento cutáneo de forma segura y natural.

 

 

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