¿SUSTITUIRÁN LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LOS ROBOTS A LOS DERMATOLOGOS?
Siguiendo con el tema de la nueva era tecnológica que vamos
a vivir en la medicina quería hablar en este último post sobre la inteligencia
artificial.
Como sabéis los avances en algoritmos e inteligencia
artificial son exponenciales. Explico lo que significa exponencial. Si damos 30
pasos lineales avanzamos 30 metros. Pero si damos 30 pasos de forma exponencial
damos 26 vueltas a la tierra. Parece ser que alrededor de 2040 ya existirán
ordenadores con la misma capacidad que el cerebro humano y a final de siglo
llegaremos a la llamada SUPERINTELIGENCIA ARTIFICIAL.
Hoy todas las aplicaciones de la Inteligencia Artificial son
para tareas concretas, lo que llamamos la Inteligencia Artificial Ligera o
Estrecha: recomendarte un libro en función de lo que has comprado previamente,
organizar una cita en una consulta, etc. Pero esta inteligencia artificial es
capaz de realizar muchas funciones específicas. Por ejemplo, en Tokio ya hay
hoteles donde los únicos humanos son los clientes, y el servicio está
organizados por robots y sistemas de inteligencia artificial para todas las
tareas concretas. La recepción es atendida por dinosaurios:
En nuestras consultas la inteligencia artificial será
utilizada en breve por ejemplo para atender llamadas de teléfono. Fijaos en el
sistema que ha desarrollado Google y que ya está disponible en el mercado:
¿Qué ocurrirá en la medicina? Las especialidades médicas en
las que la “percepción” por parte del médico ocupa gran parte de su trabajo,
como es el caso de la Radiología o la Anatomía Patológica, serán las
especialidades que antes serán sustituidas en parte por sistemas de
inteligencia artificial. Otras especialidades donde se requiere más acción,
como es el caso de las cirugías, tardarán más tiempo es ser sustituidas por
robots:
En el caso de la dermatología se ha publicado un estudio
reciente donde se demuestra que un algoritmo desarrollado por Google es más
exacto para diagnosticar cáncer de piel que dermatólogos expertos en la materia
de los mejores hospitales del mundo. Parece claro que los dermatólogos vamos a
utilizar en breve sistemas de inteligencia artificial. Mi única duda es cuando.
En pocos años saldrán al mercado aplicaciones que llevaremos
en nuestro móvil de forma que podrán analizar lesiones de la piel y nos
indicarán si son potencialmente malignas o no. Es cuestión de tiempo.
Estos avances tecnológicos relacionados con la inteligencia
artificial van a cambiar no solo la medicina sino muchas otras áreas de
conocimiento. En el libro de Openheimer “The Robots are coming” el autor nos
explica cómo los sistemas de Inteligencia artificial causaran estragos
laborales no solo en el mundo médico sino en el entorno de abogados, banqueros
e incluso en el cine y áreas de entretenimiento.
En un artículo reciente del New Yorker el autor hace una predicción sobre las 3 capas sociales que habrá en el futuro:
- La élite: los que se adaptan y lideran la tecnología
- Los que dan servicio a la élite: profesores de piano, yoga, etc
- El resto de la población, que tendrán una renta básica universal para que no se revolucionen, según el autor.
A esta última capa social, Harari, el autor de libros como
“Sapiens”, la denomina la “useless class”, es decir, la parte de la población
que se queda fuera de la revolución tecnológica.
¿Cómo saber si vamos
a ser reemplazados por ALGORITMOS INVASORES? Según Anders Sanderb: “If your job
can be easily explained it can be automated” es decir, que si tu trabajo puede
ser explicado con facilidad entonces puede ser automatizado, realizado por un
robot.
Creo que estos avances tecnológicos no sustituirán a todos
los médicos, sino a los MALOS MEDICOS, es decir, a los médicos que solo
realicen tareas mecánicas. Un algoritmo no va a poder manejar a un paciente que
necesite soporte psicológico, como una persona con un melanoma metastásico, o
un vitíligo resistente a tratamientos. La empatía de un buen médico a la hora
de “aliviar” a un paciente no es fácilmente sustituible por la inteligencia
artificial, por lo menos a corto plazo.
Sin embargo, ante todos estos cambios tecnológicos me surge
una pregunta: ¿Debemos los dermatólogos ponernos nerviosos? Mi opinión es que
SÍ. Los dermatólogos y los médicos en general tenemos que “abrazar” todos estos
cambios tecnológicos y LIDERARLOS, porque si no lo hacemos nosotros alguien lo
hará por nosotros. Y como decía Abraham Lincoln: “La mejor forma de predecir el
futuro es CREARLO.”
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