LA MEDICINA AMERICANA

Acabo de regresar del congreso de la Academia Americana de Dermatología que se ha celebrado en New Orleans. En un post posterior os contaré las novedades que he encontrado en dicho congreso. He aprovechado que estaba en EEUU para visitar algún amigo dermatólogo en Minneapolis y en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota.


Cuando uno viaja y vive fuera de España es cuando descubre su propio país. Las particularidades tanto positivas como negativas. También uno se da cuenta que los españoles nos parecemos más de lo que algunos desearían.


¿El nivel de la medicina española es comparable a la americana? Es difícil de contestar. Desde luego los americanos desearían tener las coberturas sanitarias y la calidad de la sanidad pública española. También desearían que los seguros médicos privados fueran tan baratos como aquí. Y desde luego a los americanos les gustaría una medicina no “defensiva” como se realiza en EEUU, donde en ocasiones para prevenir denuncias no se realizar determinadas técnicas o tratamientos, o se realizan de forma innecesaria.


¿Entonces qué hace que cuando una persona con posibilidades económicas de cualquier país acuda a EEUU cuando tiene una enfermedad grave? En mi opinión existen 3 razones: la investigación, la organización y el respeto al paciente.


La mayor parte de los avances científicos diagnósticos o terapéuticos se originan en EEUU. La investigación de hoy es la medicina del futuro y eso los americanos lo saben muy bien. Y cualquier médico en EEUU tiene, además de su parte asistencial, una línea de investigación que hace que su profesión sea más completa. Otro ejemplo es el valor que dan a las bibliotecas en los hospitales americanos, donde tanto sus instalaciones como su contenido asombran a cualquier médico.


En relación a la organización, la medicina americana es insuperable. Todo acto médico está debidamente protocolizado para minimizar los errores y para hacer sentir al paciente más cómodo desde que llega a la clínica, hasta que se va.


Y por último el respeto al paciente. Respeto en cuanto a puntualidad, información, tiempo dedicado a cada paciente, especialización en los tratamientos, y rigor científico a la hora de aplicarlos.


Siempre que regreso cada año de la Academia Americana lo hago con muchas ganas de mejorar nuestra unidad y nuestra práctica diaria y de incorporar nuevas ideas y avances científicos. Y me doy cuenta de que a pesar de las limitaciones económicas de la medicina en España, el nivel de los médicos españoles es muy alto y la calidad asistencial es muy elevada, sobre todo en la medicina pública, y cada vez más en la privada. Prueba de ello es el gran prestigio internacional que tiene la medicina española, con constantes publicaciones en las revistas científicas más prestigiosas del mundo. Y es nuestra obligación como médicos seguir mejorándola.

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