¿Sabías que curas mal las heridas?
Se nos ha enseñado que hay que limpiar con energía las heridas diariamente, cambiar apósitos, usar pomadas con antibióticos, y quitar las costras. Pero parece que estamos equivocados. En este artículo explico cómo hay que curar las úlceras y heridas y por qué.
Este verano, antes de viajar a África, escribí a la doctora Elena Conde, dermatóloga referencia internacional en cicatrización de heridas, para contarle que, en Burundi, país donde realizamos una campaña dermatológica cada año, vemos muchos pacientes —niños, sobre todo— con úlceras enormes que a veces obligan a amputar brazos o piernas. Le envié un mensaje 1 mes antes del viaje por WhatsApp para invitarla a unirse a nuestro equipo. Diez minutos después me respondió: “Cuenta conmigo”.
En Burundi, la doctora Elena Conde nos conquistó a todos no solo por su experiencia y su buen hacer médico, sino también por la generosidad y empatía que demostraba con los pacientes. Aplicamos su forma de manejar las heridas y comprobé personalmente que funcionaba mejor que lo que hacíamos hasta entonces. Además, recogimos material de biopsias para estudios de PCR en busca de material genético de bacterias capaces de causar estas úlceras, como Mycobacterium ulcerans, agente de la úlcera de Buruli.
Curamos mal porque seguimos rituales, no evidencia
La tesis es de la Dra Elena Conde es clara: muchos protocolos de curación son rituales más que procedimientos basados en evidencia. Durante años hemos repetido rutinas casi automáticas: limpiar en cada cura, retirar costras, desbridar por sistema, cambiar el apósito a diario, usar antibióticos. La evidencia actual indica que todo esto no siempre ayuda y, en muchos casos, entorpece la cicatrización. Puedes leer el artículo publicado recientemente por la Dra Elena Conde en una prestigiosa revista científica https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11456369/
No todas las heridas deben limpiarse ni desbridarse
En la mayor parte de las úlceras y heridas, manipular menos es, con frecuencia, curar mejor. El exudado y la propia costra forman un microambiente que favorece la epitelización. Espaciar las curas y dejar el apósito en su sitio cuando la evolución es correcta puede acelerar el cierre, reducir el dolor y disminuir el consumo de recursos.
Las costras no son enemigas
Lejos de ser un obstáculo, la costra actúa como apósito natural: protege, mantiene la humedad adecuada y ayuda a regenerar. Inspirarse en ella ha llevado al desarrollo de apósitos fibrosos y matrices que promueven el tejido de granulación y la epitelización. Además, es un buen fotoprotector.
Menos antibióticos, más óxido de zinc
Menos curas, menos trauma, más cicatrización
Cada cambio de apósito produce microtrauma y arrastra factores de crecimiento. Espaciar las curas cuando la herida va bien acorta tiempos, reduce dolor y disminuye el impacto ambiental al necesitar menos material de curas. El objetivo no es “hacer más”, sino hacer lo necesario y a favor de la biología.
Piernas en alto y compresión
En las úlceras de las piernas, lo que hace el paciente fuera de la consulta es determinante. Dos medidas sencillas marcan la diferencia:
- Medidas posturales: elevar las piernas varias veces al día y evitar largos periodos sentado o de pie mejora el retorno venoso y el edema.
- Compresión terapéutica: cuando es posible y no está contraindicada, vendajes o medias de compresión son el pilar del tratamiento para favorecer el retorno venoso y acelerar la cicatrización. Sin compresión, muchos apósitos no funcionan.
Hay que tratar siempre la causa
Conviene recordar que el tratamiento etiológico es fundamental: sin abordar la causa que originó la herida o úlcera, ningún apósito ni técnica local conseguirá su cicatrización.
A continuación, comparto algunos ejemplos de tratamiento etiológico (causal) de úlceras:
- en las úlceras venosas (varicosas), corregir la insuficiencia venosa con compresión graduada, medidas posturales y, si procede, ablación endovenosa/espuma/cirugía de la variz;
- en las úlceras arteriales (isquémicas), revascularización y control intensivo de factores de riesgo;
- en el pie diabético (neuropático), descarga estricta, control glucémico y tratamiento de la infección;
- en úlceras por presión (escaras), alivio programado de la presión, superficies de soporte y optimización nutricional;
- en las bacterianas, antibiótico dirigido según cultivo;
- en la úlcera de Buruli producida por Mycobacterium ulcerans (Buruli), rifampicina con claritromicina
- en inflamatorias/autoinmunes (vasculitis, pioderma gangrenoso), inmunosupresión sistémica (corticoides, ciclosporina, biológicos) evitando el trauma innecesario
Ciencia, sentido común y humildad
La experiencia en Burundi y la evidencia actual nos enseñan dos verdades sencillas: la piel sabe curarse si la dejamos y debemos cuestionar los rituales que heredamos. Protocolos más simples, basados en evidencia y sostenibles funcionan tanto en un hospital europeo como en una aldea africana.
A raíz de ese trabajo conjunto en África, la doctora Conde dirige la Unidad de Úlceras, Cicatrización y Heridas de Clínica Dermatológica Internacional (CDI), donde atendemos a pacientes con heridas que no curan o úlceras que no terminan de cicatrizar. Es un privilegio contar con médicos tan brillantes como la Dra Conde en nuestra clínica y en el Hospital Ruber Internacional.
Además, la doctora tiene un Instagram muy interesante con más de 30.000 seguidores donde explica de forma muy gráfica y docente las claves para curar las heridas, y que es seguido no solo por pacientes sino por médicos de muchas especialidades (dermatólogos, cirujanos vasculares, médicos de familia, etc) que tenemos que tratar a pacientes con úlceras de todo tipo (vasculares, traumáticas, infecciosas, etc)
Mensajes clave
Los 6 mensajes que debes llevarte a casa de este artículo para aprender a curar mejor las heridas son los siguientes:
- Muchos protocolos de curación de heridas son rituales sin base sólida en evidencia.
- En heridas con buena evolución, evitar limpieza y desbridamiento en cada cura y espaciar los cambios de apósito favorece la cicatrización, disminuye el dolor y dañamos menos al planeta al usar menos material.
- Las costras son un apósito natural que protege y promueve la epitelización. ¡Además es un buen fotoprotector!
- Menos antibióticos (tópicos y orales) y más óxido de zinc para modular la inflamación y favorecer la cicatrización.
- En úlceras de piernas, medidas posturales (piernas en alto) y, cuando sea posible, vendas o medias de compresión son pilares del tratamiento para mejorar el retorno venoso y acelerar el cierre.
- Y lo más importante: recordar que el tratamiento etiológico es fundamental: sin abordar la causa que originó la herida, ningún apósito ni técnica local conseguirá su cicatrización.
Puedes leer el artículo científico de la Dra Elena Conde publicado recientemente en la revista International Wound Journal aquí https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11456369/
Artículo completo en El Confidencial https://www.elconfidencial.com/salud/2025-11-20/sabias-que-curas-mal-las-heridas_4250497/


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