¿POR QUÉ ENVEJECE NUESTRA CARA? ¿SE PUEDE PREVENIR?

 

Los dermatólogos siempre echamos la culpa del envejecimiento al sol. Pero, el sol sólo envejece la parte superficial de la piel. Realmente lo que nos da un aspecto envejecido son los dramáticos cambios que ocurren en la grasa y en los huesos de la cara con el paso de los años. ¿Hay algo que podamos hacer?

 

Se dice que un hombre no envejece cuando se arruga su piel sino cuando se arrugan sus sueños y sus esperanzas. Pero la realidad es que en sólo décimas de segundo nuestro cerebro es capaz de reconocer cuando una persona es joven y cuándo ha dejado de serlo. Nos llama la atención el momento en que los jóvenes empiezan a tratarnos de usted. ¿Cuáles son los cambios que se producen en nuestra cara para que tan rápidamente se pueda saber si una persona es joven o mayor?

Cuando una persona es joven la forma de su cara es la de un triángulo con la base en la zona superior. A medida que envejecemos la forma de la cara va cambiando para finalmente tener una forma rectangular. Podéis verlo en este dibujo:

Hay dos razones fundamentales por las cuales esto ocurre: los cambios en la GRASA de la cara y los cambios en los HUESOS de la cara.

La grasa de la cara está dividida en compartimentos o “celdas” tal y como se describió en este estudio. Una persona joven tiene todos los compartimentos con pleno volumen, y la superficie de la piel por tanto aparece sin sombras, luminosa. A medida que pasan los años, estos compartimentos envejecen y van “encogiéndose”, van perdiendo volumen de forma no coordinada, es decir, de forma secuencial. Primero empieza a disminuir el volumen de la grasa de alrededor de los ojos, años después la que están alrededor de la boca y así sucesivamente. Por todo ello, con la edad aparecen “sombras” y zonas más deprimidas en ciertas zonas de cara como las ojeras o los surcos alrededor de la boca. Se puede apreciar este proceso en el siguiente dibujo:

COMPARTIMENTOS GRASOS DE LA CARA EN UNA PERSONA JOVEN Y UNA MAYOR. FOTOS DEL Plastic and Reconstructive Surgery JOURNAL

 

Además de los cambios en la grasa facial, existe otro fenómeno que es crucial en el envejecimiento de nuestra cara: los cambios significativos en los huesos de la cara. Por ejemplo, la órbita, el espacio donde están los ojos, se hace más grande y profunda con los años, lo que produce que los ojos se vayan hundiendo tal y como se comprueba en el siguiente dibujo:

CAMBIOS OSEOS ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO. FOTOS DEL AESTHETIC PLASTIC SURGERY JOURNAL

El hueso maxilar superior e inferior, donde se encuentran las piezas dentarias, se va "adelgazando" con la edad, en un proceso que llamamos "resorción ósea". Esta es la razón fundamental por la que la nariz, al ir perdiendo su "apoyo", se va "cayendo". Esta pérdida de hueso también explica por qué vamos perdiendo progresivamente mentón y mandíbula, tal y como podemos apreciar en el siguiente dibujo:

CAMBIOS OSEOS ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO. FOTOS DEL AESTHETIC PLASTIC SURGERY JOURNAL

Todos estos cambios se han descubierto recientemente por estudios realizados SCANNERS o TACs para ver la evolución de la anatomía de la grasa y de los huesos de la cara durante el envejecimiento 


CAMBIOS OSEOS ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO. FOTOS DEL AESTHETIC PLASTIC SURGERY JOURNAL

 

Los dermatólogos siempre culpamos al sol como principal causa del envejecimiento. Esto es cierto si nos referimos exclusivamente a la piel, ya que el sol produce arrugas prematuras, manchas, venitas y pérdida de frescura cutánea. Pero lo que realmente nos hace parecer mayores son estos cambios producidos en la grasa y en los huesos de la cara.

Esa pérdida de grasa y de hueso hacen que nuestra cara se vaya “descolgando” con los años. Por ello, las personas con una buena estructura ósea facial envejecen mejor, mientras que las personas con una débil estructura ósea (pómulos pequeños o mandíbula poco desarrollada) tienen un envejecimiento facial prematuro. Esta información también explica por qué las personas que a cierta edad ganan peso, tiene mejor cara, ya que “rellenan” esos compartimentos grasos faciales.

En resumen, los culpables de nuestro envejecimiento facial son los cambios dramáticos que ocurren en la grasa y especialmente en los huesos faciales. ¿Hay algo que podamos hacer para prevenir estos cambios? Sí. Hay personas que heredan una magnífica estructura ósea, pero la genética no se puede elegir. Para que los compartimentos grasos envejezcan de forma armónica, mantener un peso adecuado es vital. Y para que los huesos no se “adelgacen” prematuramente es vital seguir una dieta adecuada o tomar suplementos si fuera necesario. Y por último se puede recurrir a la dermatología estética para prevenir y compensar estos cambios.

Estos cambios anatómicos que sufre nuestra cara pueden “paliarse" a través de sustancias inyectables. Es fundamental que los médicos que utilizamos estos inyectables como técnica de rejuvenecimiento (rellenos, inductores de colágeno, hilos tensores, etc) conozcamos la anatomía de la grasa y del hueso para intentar compensarlos en su origen. Los rellenos pueden ser inyectados en las zonas donde se ha perdido la grasa y el hueso. Y los hilos pueden “reposicionar” los tejidos descolgados. El uso prudente y con sentido anatómico de estos materiales puede ayudar a prevenir el envejecimiento de una forma natural y efectiva. A veces para poder tener un aspecto “natural” hay que aprovecharse de los avances de la dermatología moderna.


También podéis ver el post publicado en El Confidencial pinchando aquí


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