LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL CREARÁ UNA MEDICINA MÁS HUMANA



Hay un porcentaje elevado de médicos que tienen el síndrome BURNOUT o “agotamiento generalizado”, vamos, que están “quemados” con su trabajo. La razón más frecuente son las condiciones de trabajo: despersonalización de la asistencia, no tener el tiempo necesario con cada paciente y excesivo trabajo burocrático.

Cada especialidad tiene un índice de SINDROME BURNOUT diferente. En EEUU curiosamente los médicos que trabajan en las URGENCIAS son los que tienen más índice de este síndrome (casi 50%) mientras que muchos cirujanos, que curiosamente en teoría tienen peor calidad de vida, tienen un índice mucho más bajo. Un estudio de la Clínica Mayo descubrió el porqué: LOS MEDICOS QUE MAS TIEMPO PASAN DELANTE DEL ORDENADOR SON LOS QUE SE QUEMAN MÁS FACILMENTE

Cada vez es más frecuente que el médico pase más tiempo mirando a la pantalla del ordenador que a los ojos del paciente. Y esto es decepcionante tanto para el paciente como para el médico, ya que nos convertimos en meros “escritores de datos”. 

Pero hay buenas noticias. En mi opinión, los nuevos avances tecnológicos, desde la inteligencia artificial hasta la robótica, van a poder permitir que el médico se dedique a lo que se tiene que dedicar: a crear confianza en el paciente, a escucharle, a pensar a implicarse en su problema. Al final la inteligencia artificial y la robótica mandarán al paro a los “malos médicos”, a los que solo escriben recetas sin establecer ninguna conexión emocional con el paciente.

Pero para ello los médicos debemos liderar esta transformación. Me encanta ver que cada vez hay más médicos jóvenes que son nativos digitales y que además se forman en gestión. Algunos estudios sugieren que los hospitales y clínicas liderados por médicos funcionan mejor. Por ejemplo, los dos mejores hospitales de EEUU, la Mayo Clinic y la Cleveland Clinic, están lideradas por médicos desde hace más de 100 años.

La revolución tecnológica va a llegar a la medicina en breve. Los médicos somos los que tenemos más sensibilidad para reconocer el tiempo y las formas que se necesitan en hacer una historia clínica, en explorar a un paciente, en generar empatía y confianza con el paciente. Por ello debemos ser los protagonistas en llevar a cabo esta revolución tecnológica para ayudar a nuestros pacientes y dignificar nuestra profesión. Es la única forma de asegurar que nuestros pacientes disfruten de una medicina más humana en la que el médico pueda ocuparse no sólo de la enfermedad sino también del enfermo.










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