¿POR QUÉ ENVEJECE NUESTRA CARA?

Con el proceso del envejecimiento facial surgen básicamente dos procesos en nuestra cara: una pérdida de volumen en determinadas zonas, y una mayor actividad de los músculos depresores de la cara.

La pérdida de volumen facial, que es de hecho el factor que más envejece la expresión, se debe a múltiples causas, pero fundamentalmente a dos: la pérdida de tejido graso y la pérdida de hueso.

En relación a la grasa es importante destacar que en la cara se encuentra distribuida en compartimentos. En una persona joven hay una transición imperceptible entre estos compartimentos. Pero a medida que pasan los años estos compartimentos grasos cambian de volumen a ritmos distintos, es decir, envejecen independientemente, por lo que empiezan a aparecer zonas deprimidas, con menos luz. Este hecho anatómico es importantísimo tenerlo en cuenta a la hora de inyectar toxina botulínica o rellenos.

Por otra parte en nuestro esqueleto facial hay cambios sustanciales, con la aparición de pérdida de hueso en determinados puntos anatómicos, con la consiguiente pérdida de volumen. Por ello con los rellenos tenemos que "compensar" esta falta de hueso para impedir esa perdida de volumen.

Los rellenos más utilizados son el acido hialurónico, conocido por su seguridad y versatilidad, y la hidroxiapatita cálcica (Radiesse), que además de dar volumen tiene un efecto "tensor" interesante, cuando se inyecta de la forma apropiada.

El uso de cánulas para la inyección de estos rellenos ha revolucionado la técnica de inyección. Con el uso de cánulas se consigue inyectar el relleno en un mismo plano, y al tener una punta no afilada disminuye la posibilidad de hematomas, inyección intrarterial o daño nervioso, y disminuye mucho el dolor comparado con el uso de agujas.

El uso de estos rellenos mediante cánulas no se limita a la cara, sino que se están describiendo técnicas para su uso en cuello, escote, manos, etc.

Por otro lado la toxina botulínica debe ser utilizada para relajar esos músculos depresores faciales y conseguir el efecto lifting deseado. Se trata de relajar parcialmente la musculatura, no de paralizar, utilizando múltiples puntos de inyección y menos dosis de la recomendada habitualmente, aunque el efecto dure menos. Hoy se busca más la naturalidad que la durabilidad.

El nuevo gel de toxina botulínica, como hemos descrito en un post anterior, será una alternativa interesante para pacientes que rechacen el uso de agujas, tanto para usos cosméticos como para el tratamiento de la hiperhidrosis.

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